viernes, 13 de diciembre de 2013

DEDÍCAMELA

Para ponerte en situación te diré que vayas con cuidado, posees un arma potentísima. Puedes utilizarla en cualquier momento involuntariamente y produce una enorme adicción.
Para empezar te diré que es lo más valioso que tienes y que tendrás jamás.
Para seguir te diré que es el espejo donde quiero mirarme.
Para continuar te diré que con ella podrás conseguir lo que quieras.
Para proseguir te diré que no cuesta nada. Es un signo de simpatía, de alegría y de complicidad.
Para no acabar todavía te diré que quiero que me regales por lo menos una. Porque crea un momento mágico cuando se intercambia una por otra, así sin más, tan espontáneo como sincero.
Para quedarme un ratito más te diré que con solo una de ellas lograrás el mismo efecto en otra persona, y es que no hay nada más contagioso ni nada más que diga tanto sin parecer decir nada. Algo que supera a las palabras y que puede decir cosas como "encantado de conocerte", "cuántas ganas tenía de verte" o "te quiero".

Y para acabar te diré, a ti que lees esto y que no sé quién eres, que quiero que me mires con atención y que seguidamente, así sin decir nada y a la vez diciéndolo todo, me dediques una sonrisa.



J

lunes, 9 de diciembre de 2013

FRASEANDO

Nunca cojas un folio en blanco sin saber antes qué hacer con él.


























Ni una relación.


J

lunes, 21 de octubre de 2013

APARENTANDO

Aparentar… Para qué. No eres más que un niñato o nada menos que una niñata que no pasa de este calificativo. Y de aquí a un tiempo querrás serlo y llegarás tarde.

No hace falta que te encasilles entre “este no, qué horror” y el príncipe de tus sueños o entre “esta no, qué asco” y las diosas de turno tan irreales como retocadas. No pierdas el tiempo en este tipo de cosas, disfruta y haz lo que sientas, si lo sientes, sin prejuicios porque una cosa es que alguien no sea adecuada a tu persona y otra muy diferente es que no sea suficiente para ti.

Antes de rechazar, conoce, que no siempre lo bueno por conocer acaba siendo malo conocido. Quizá hasta te acaba por sorprender lo malo por conocer y acaba siendo lo mejor.

Antes de creerte superior mira con quien estás intentando encajar y permíteme que me ría. Ah y sigue aparentando ser más de lo que eres para seguir engañándote a ti mismo porque la única manera de mejorar es saber dónde están tus limitaciones y respetar a los demás y sobre todo, valorarlos. Es muy fácil ver lo que todos ven, si solo ves eso y consigues algo decente serás bueno, si eres capaz de que alguien no lo entienda, serás inmenso.


Que tu apariencia de inteligencia y de madurez no se coman nunca a tu verdadera inocencia,  todos necesitamos sentir dentro a ese niño que un día fuimos.


J.

lunes, 29 de julio de 2013

PROS Y CONTRAS, RELACIONES.

Hay momentos en la vida en los que es casi mejor intentar olvidarlo, callártelo y parecer que de tus trizas puedes hacer un corazón. Pero lo mires como lo mires, en algún momento vas a tener que soltarlo y a veces, solo a veces, va bien gritarlo flojito ante esta estúpida pantalla después de, si conviene, escribir cuatro líneas en un papel.

Algunos lo llaman amor, otros relación y otros simplemente, los más peligrosos, "rollo", término tan inoportuno como pasajero en su contenido.
Tengo una teoría, y te la voy a contar: si quieres estar con una persona demuéstrale que eres lo mejor que puede tener y que tú podrías tener a alguien mejor, algo así como que en la escala del atractivo tú estás por encima de ella. Y ahora vamos a suponer que te gusta alguien y que ese alguien dice sentir lo mismo, que lo has lograo.

Pensemos en lo bueno y en lo malo. Sin lugar a dudas vas a tener momentos inolvidables que recordarás toda tu vida, durante ese mes, año, década o en el ratito que dura la noche. Y ojalá te dé tiempo de contárselo a los colegas. Tu autoestima va a aumentar considerablemente, te vas a sentir alegre y vas a tener cariño a raudales, eso sí en un préstamo que vas a empezar a pagar cuando todo este cuento se acabe, ¿aún te crees que hay algo gratis en esta vida? Lo más importante, te vas a sentir querido, te engañen o no.

No obstante se me ocurre alguna cosa negativa durante este periodo. Vete olvidando de estar siempre con tus amigos, aunque debes saber compaginarlo, recuerda que tienes que avivar la llama que está creciendo con esa persona, pero que los que te van a curar las quemaduras van a ser ellos. Ya te adelanto que vas a tener alguna que otra presentación embarazosa, si no te han pillao ya, claro.

En algún momento, como con todo, habrá un final. Aquí ya se me ocurre algún detallito más, negativo, claro. Para empezar en el amor se quiere mucho pero durante muy poco tiempo y entonces, en general, todo contacto se pierde; todo se esfuma como si te arrancaran un trozo de tu vida, de tu día a día, de tu propia identidad, y sientes ese gran vacío de hoy para mañana, aunque se suele ver venir desde ayer. Ahí es cuando aparece el dolor por el olvido, las noches sin dormir y el llorar hasta cuando crees que ya no podías más, si los machotes también. Te desanimas, te hundes y te inundas de tristeza. Todo te va a recordar a esa persona y no pararás de leer vuestras frases, de escuchar vuestras canciones que decían lo mucho que os queríais y de sentir su olor tan añorado como ficticio por doquier. “Lo que iba a ser, la mierda que ha sido.” Tendrás ese maldito miedo a encontrártela en cualquier sitio y al mismo tiempo te horrorizará la idea de no volver a verla. Sentirás odio o culpa, o ambas cosas, y te dará por escribir aquello de "y cada vez más tú y cada vez más yo sin rastro de nosotros" y, en definitiva, echarás de menos todo lo bueno que tenía esta historia.


Y ahora sigue intentándolo, sigue dándote de bruces y, en resumen, sigue creciendo con lo vivido, que eso nadie te lo va a poder quitar. Que ya vendrá alguien con quien darse el gusto de disfrutarlo.

domingo, 7 de julio de 2013

NO ME DA LA GANA

¿Sabes ese momento en el que dices: no me da la gana? Sí, a todos nos ha pasado.
Hablo de un no dar la gana con creces, del porque te digo que no y es que no, del porque hace tiempo que quería decírtelo, que no, que por ahí no paso. No quiero tener que hacer como si no te conociera, o como si no os conociera, para ser exacto. Exacto en hacer como que no te conozco a tu tú suyo - y lo que es peor- ni a tu tú mío. Y no me da la gana que las ganas de borrar el primero se carguen al segundo.
¿Por qué nos empeñamos en olvidar las cosas?
Volverse unos desmemoriados no sirve nada más que para llenarse los bolsillos de orgullosa hipocresía. Dime que anduviste conmigo y te diré quién sigues siendo.
Algo ha cambiado, por cualquier razón, pero no hagamos que no te conozco. No me da la gana hacer que no sé tus gustos, tus palabras, tus vicios. Me niego a olvidar lo que dice una sonrisa tuya y lo que se guarda una mirada. No hagamos cuando nos cruzamos que no sé más de la mitad de tus secretos ni de tus recovecos, que no fuiste nadie porque bien sabemos que no fue así. Si alguien fuiste alguna vez fue por algo, no vayamos a matar a ese algo también, que no tiene la culpa, ni le da la gana. Y a mí tampoco.
J.

viernes, 26 de abril de 2013

PERDIENDO LOS NERVIOS


Para la mayoría de los mortales “perder los nervios” es sinónimo de perder la calma, es decir, ponerse demasiado nervioso. Otra minoría, a mi modesta manera de ver, relaciona esta expresión con alcanzar la relajación. Pero yo quisiera introducir una pequeña variación que he notado en mi misma persona y que me preocupa, estoy perdiendo los nervios de otra manera. Los nervios son la expresión del miedo, de la duda, del temor delante de una situación de incertidumbre. Si tienes miedo es porque algo puede salir mal y en consecuencia tienes nervios, pero la mayoría de veces las cosas también pueden salir bien. La falta del sentimiento de esos nervios implica el sentirse un poco menos, el arriesgar cada vez peor, tener apuestas cada vez más bajas. La falta de nervios es quedarte en casa por si llueve cuando puede estar haciendo un sol radiante.

lunes, 15 de abril de 2013

A TODA PRISA

Párate un momento, aunque solo sea un instante y leéme.
No quiero hacerte daño, no te vayas, quédate.
Qué mejor motivo que el que me salgan las rimas sin querer.

Ahora que solo estamos tú y yo, me voy a permitir darte un consejo y luego ya no me creas si no quieres: vas deprisa.
Ten un poco de tranquilidad, de pausa, disfruta de verdad el momento y deja de decir carpe diem sin saber qué significa. Me explico, te veo y estás intranquilo, todo lo haces deprisa y corriendo. Parece que vayas a perder el autobús las veinticuatro horas del día. Sí, hasta en la cama, pobre de ti.

Deja de hacer versiones remix de tu vida, que a veces toca balada.
No corras. Sé distinto. Todos ahí fuera son demasiado estrambóticos, tienen prisa siempre, no se paran a mirarse a los ojos y tampoco a leerme, aunque esto último se entiende.

Se juntan muy rápido, se separan aún más deprisa. Pretenden amar en seguida, se odian en un abrir y cerrar de ojos. De vez en cuando escucha a ese que late pero no lo obligues a ir demasiado rápido a él también. Y si conoces a alguien, dame una alegría y que un me interesas no se disfrace de te quiero, que nunca creas conocer a nadie en dos achuchones. No se lo dejes tan fácil. Véndete caro y quien no quiera comprar, que no lo haga. Que de comidas rápidas estamos repletos.
Y sobre todo, intenta disfrutar de cada paso por algo más que por mero hecho de darlo.

No seas fugaz porque te verás olvidando antes de amar, descolocado, con un montón de proyectos destrozados por toda tu impaciencia correspondida de miedo ajeno. Nadie quiere atarse al árbol sin ver el bosque. Y menos a toda prisa.


J.

miércoles, 3 de abril de 2013

MÉRITO AMISTOSO


Una de las maneras de ver quién eres dicen que es ver con quién vas. Los que ya empezamos a tener recuerdos podemos saber quiénes somos viendo quiénes tenemos por nuestra propia cuenta, a título propio, porque nos lo hemos currao. Quiero decir, naces en una familia y tener una hasta cierto punto es por cuenta de terceros. Párate un momento y mira a cuántos puedes llamar para hacer nada. Cuántas personas tienes y cómo son. Donde están los que tuviste, y sobre todo cuántos te quedan de hace más de un ratito. Muchos tienen solamente a una persona, o al menos a menos de las que quisieran o querían justamente por esa, por esa pero por su propia culpa. Las gentes se disipan, pasan por tu puerta y rápido desaparecen. No es fácil mantener unos cuantos, se crece en modo destrucción con el único fin de autodestruirse con alguien, a veces mutuamente. Párate un rato y vente conmigo, ya te he advertido de que no vamos a hacer nada. Será divertido.


J.