Llueve. La lluvia dentro de él ha hecho evidenciar lo gris de
su existencia. Ha empezado a disfrutar el olor de la humedad. Su cielo
completamente tapado no deja un hueco por donde dejar pasar la luz. Hace tiempo
que cree que ya ni la añora.
A los lejos, dos pájaros revolotean. Se los queda mirando. No
sabe si ellos prevén el final de la lluvia o sólo se apresuran a buscar cobijo, ese cobijo que para él no existe. La duda le atormenta. Mira al cielo, hoy
tampoco parece que vaya a dejar de llover.
J