martes, 11 de septiembre de 2012

CUANDO SUEÑAS MÁS DORMIDO QUE DESPIERTO



Cuando sueñas más dormido que despierto vives un poquito menos. Cuando sueñas más dormido que despierto tus sueños se desvanecen al salir el sol cual rocío en primavera. Cuando sueñas más dormido que despierto estás envejeciendo más de lo que toca. Cuando sueñas más dormido que despierto tu vida se vacía por momentos o se llena de esos besos tan precoces como vacíos. Cuando sueñas más dormido que despierto sientes menos de lo que puedes y te acomodas más de lo que debes. Cuando sueñas más dormido que despierto te vuelves menos tú y más ellos. Cuando sueñas más dormido que despierto las relaciones te duran una noche y las desconocidas se te amontonan haciendo cola a la puerta del olvido. Cuando sueñas más dormido que despierto muchas de las que no dicen que no, a la siguiente van y te lo dicen. Cuando sueñas más dormido que despierto te puede pasar que te mueras esperando soñar algo que no llegará. Cuando sueñas más dormido que despierto se te acaba por olvidar el soñar despierto y cuando eso se te olvide, te daré un consejo...vete a dormir.

J.

martes, 17 de julio de 2012

MIEDOS O ALGO QUE PERDER



¿Qué nivel de gigantez puede llegar a tener nuestra coraza? ¿Hasta qué punto puede el ser humano dejar de sentir ilusión? ¿Durante cuánto tiempo se puede vivir sintiendo menos de lo que nos toca? ¿De verdad se puede ser impermeable a la lluvia del sentimiento? ¿Cuanto más enterrado tienes un sentimiento más te cuesta sentirlo? ¿…o realmente solo lo quieres creer y está deseando desenterrarse por mucho lastre que le pongas encima?

miércoles, 13 de junio de 2012

DE DOS EN DOS


Hoy vengo con el miedo que me brinda la certeza de saber que tiendo a ir cada vez más solo, con el horror de saber que cada vez me acompañan menos, que cada vez me obvian mejor. No seré yo el que se oponga a la pareja, pero me dan escalofríos al pensar que parece que no tengamos otra opción que desaparecer en una de éstas. Y es que todo nuestro alrededor se nos pierde en ellas, cada uno con la suya y cada uno solo en ella.

O te compartes de par a par con una persona y al exclusivo cien por cien o estás destinado a morirte solo, parece. Me da miedo el hecho de que mi entorno me obligue a jugármelo todo a una apuesta, a ciegas. No quiero ser como ellos pero si ellos quieren dejar de ser como yo, no tendré otra opción, y es lo que me aterroriza de verdad, el tener que pagar a una persona con tantas y tantas, como ya hicieron otras muchas que ya no saben quién soy ni de dónde vinimos.

Y es que ojalá hubiera más gente que no quisiera "mudarse de planeta, cortarse la coleta, brindar a su salud." 

J.

domingo, 6 de mayo de 2012

MELANCOLÍA EXISTENCIAL


Que tinguis sort” es lo que mi yo de hace un tiempo le debió decir a mi yo de ahora, pero no le ha ido demasiado bien al pobre. La verdad es que nunca me había dado cuenta de hasta qué punto realmente estoy estancado ni de que, posiblemente, hasta vaya acangrejado. La causa de lo que esto que digo es consecuencia es del hecho de haberme puesto a leer lo que escribía hace un año o algo menos, y tengo que decir que me he enamorao de mi antes y que mi ahora me aburre. Me aburre tanto que no me sale ni qué sentirme. Mis “me molo” no se han quedado en mis “me molaba” sino que se han dado cuenta de que ahora son “me mola”, sí él, el de antes. 

Esto de estar estancado aburre, estás soso y no sabes ni por dónde encontrarte algo de gusto, aunque sea a rancio. Me he dado cuenta de que estoy lleno de nadas y que ni siquiera me he atrevido a reconocerlo. Estoy solo, y vacío. Vacío de emociones y de motivaciones, sin nada realmente importante ni nada que carezca de un mínimo de esta importancia como para que sea capaz de salir de mi vida, solo quedan cenizas de lo que fueron llamas vivas en mi vida, pero siguen manchando. No me veo dentro de un par de años, más allá de seguir estancado sin saber hacia dónde remar y sintiendo que realmente el mar me lleva dónde él quiere sin servir de nada hacia donde yo quiera hacerme ir.

Estoy seguro de que casi todos los que leéis esto sabéis de lo que hablo, lo que es ahogarse en una cotidianidad amargante y aburrida sin un horizonte claro, porque en mi vida hay una niebla que echa para atrás, y algunos también os estaréis preguntando ahora:¿Cómo encuentro motivaciones necesarias para dejar de estar dónde estoy? ¿Voy hacia donde quiero ir? ¿Realmente tengo que pensar que mi mejor momento ya ha pasado…?

J.

sábado, 24 de marzo de 2012

"SIN MÚSICA LA VIDA SERÍA UN ERROR"


Posiblemente la mejor manera de hacerse una oda a uno mismo y sentirte que sientes es ponerte a escuchar música, música de esa que puede florecer un sentimiento pasado e incluso superar a éste último, porque a veces no somos capaces de ver qué nos pasa por delante.

Lo realmente magnífico de la música es la capacidad que tiene de hacernos sentir humanos y ayudarnos tanto a bailar sin saber por qué como a tumbarnos sin mover un músculo que pueda romper el clima que han creado cuatro acordes bien afinados, esos que van directos a la memoria. 
Fascina esa característica capaz tanto de sacar fuera nuestra más alegre felicidad como de aflorar nuestros más sinceros sentimientos; y que cada pieza signifique un sentimiento distinto para cada persona, que nos transporte un ratito a la felicidad que nos recuerda, a aquél sitio, con aquella compañía que ya pasa de nosotros o nosotros de ella. 
Y este tipo de música es el que hace sentir de verdad, ésta es la que necesitamos más a menudo. La buena música. 

La buena música se escucha bajito porque es como mejor se aprecia de lo bueno que tiene y de la poca falta que le hace gritarse a los cuatro vientos para hacerse valer.  Así es como se quiere de verdad. 

Existen individuos que necesitan ponerlo a todo volumen y que se entere todo el mundo de que su relación se va a pasar de moda tan rápido como apareció.

Y aquí es donde entra el madurar, el saber cantarse al oído, y ponerse los auriculares más que la media, que si nos tenemos que quedar sordos que sea porque nos lo sentimos.

J. 



PD: el título es una cita de Friedrich Nietzsche (1844-1900), Filósofo alemán.

miércoles, 29 de febrero de 2012

DE LAS VIDAS VACÍAS


Empiezo este texto con el pretexto de acabar uno de una vez, con el deseo de poder escribir un punto y nada más, y la verdad es que me sale antes el contenido que el título, esto parece que va bien. Empiezo sin prejuicios.

Después de tanto inacabado, reaparezco para volver a darle vida a mi pobre blog que tampoco, doblemente pobre, se lo merece. Allá voy.

Vidas vacías, vidas pobres.

Una vida vacía es lo peor que te puede pasar, amarrarte a la nada es tan estable como insensible, siempre que tengas otro apoyo, porque sino ya sabes dónde vas. Llega a ser lo más cómodo a corto plazo para sanar corazones con heridas en el ego. Pero éstos a menudo poseen tantas cicatrices que tienen miedo a sentir, a volverse a exponer a la herida que acabe por destrozarlos por completo. Pero a largo plazo, amigo mío, de las vidas vacías no se abre una sonrisa de par en par, no se llora de verdad. Y mucho menos, odiar y amar, romper a llorar y a reír, todo al mismo tiempo.

Muchos de los palos que da la vida vienen generados por un riesgo a ganar que muchas veces nos lleva a perder. Pero el perder es consecuencia de estar vivo, de jugarte algo. Ponerte a plazo fijo antes de tiempo es la tranquilidad de estar solo, es la falta de proyectos – y sin recuerdos aparentes -, es el morirte más de lo que toca cada día, es llorar solo sin ni siquiera poder hacerlo con ganas. Juégatelo todo, de vez en cuando, no vayas a ser el más rico del cementerio, en vida o en muerte.

A veces el sufrir no es tan malo, o al menos pueden tener efectos secundarios positivos; no hay nada más cierto que de las vidas vacías no salen cien años de soledad, nada más claro que de las vidas insustanciales no nace un Guernica.

Lo aceptes o no el miedo disfrazado de prudencia no va a ninguna parte, date de bruces contra el suelo, aprende a levantarte y ante cualquier cosa, disfruta. Siente y haz sentir, tírate a la piscina, que quien no arriesga no gana, -ni mama-,  que quien falla es el que intenta y que el que se equivoca es porque tiene boca para decir lo que piensa y lo que siente.

Reinvéntate y no vivas de lo que pudo ser. Acumula tantas bofetadas como puedas, que quizás hasta te lleves algún beso. Y sobre todo, que tu vida no se quede vacía, intenta llenarla, si pudiera ser,  de placer, que cuando llegues a viejo y veas tus cicatrices no dudes que, ante todo, valió la pena.

J.