viernes, 21 de octubre de 2011

DEFECTARSE


Según la bendita RAE, un defecto es una “Imperfección en algo o en alguien”. Pero yo, en mi absoluta ignorancia, lo definiría como “característica que te hace ser tú mismo”. Y es que no hay nada más característico que un defecto, no hay nada más personal que una irregularidad, no hay nada más genial que ser distinto.

Hay dos tipos de personas: aquellas que viven con la perfección en la mente y los que hace tiempo que se olvidaron de ella. Los primeros deberían empezar a dejar de creer en tal atrocidad pues paradójicamente es la mejor manera de acercarse a la parte real de ella. Y los segundos no impacientarse y no caer en la desesperación de seguir el mal ejemplo de los primeros, que nuestra única idea de perfección debe ser la de contemplar la imperfección como tal.

Tómate un defecto como un reto y no como algo que te hace mal pues dan pie a dos cosas: a llegar a enamorar por él, como me dijo un gran sabio, o a hacer que tengas que encandilar por todo lo bueno que tienes detrás de él, y si no se ha querido parar a verlo, no es la persona. 

Contra antes llegues a asimilar esta verdad propia, en mi versión más dogmática de todas, antes te acercarás a esa patraña de ser feliz que, por otro lado, no existe. Pero a veces da gustirrinín.

Y ya me cuentas, con café o sin.

J.

domingo, 16 de octubre de 2011

QUIERO VIVIR


Yo quiero vivir por esos momentos en los que me da por escribir sin estar en condiciones, por esos momentos en que se me doblan las palabras, y no te hablo ya de las formas. Yo quiero vivir por esos momentos en que algo surge de dentro, en los que dices: ya sé por qué lo hago pero mañana no me acordaré.

Yo quiero vivir por esos instantes, por esas miradas, que dicen más que cualquier relato, por largo que sea. Por esos momentos que ahora vivo, por ese Serrat de fondo, y por ese sentimiento de estar tan incompleto como feliz, de tanto tú podrías y de tanto tú pudiste pero no supiste como ella podría, quizás. De querer querer sin ganas, de no quererse comprometer como el que más.

Yo quiero vivir por esas sonrisas, por esos momentos en que todo me da igual y en los que suene lo que suene, no quiero que se acabe por miedo a que tú te difumines entre sombras. Yo quiero vivir por todas las vistas borrosas, por todos los besos descafeinados, por todas tus miradas desviadas hacia él.

Yo quiero vivir por todos esos momentos de humildad, de mirarte, de decir que valgo menos que cualquiera, pero más sincero que quién tú quieras. Por todos los noes que nunca recibí, por todos los síes que perdí por cobardía. Por todas las ganas de expresar lo que no puedo decir. Por todo lo que borrará mi yo sensato y por todo lo que no entenderá mi yo cobarde, mi yo, en definitiva, tan insensible que posiblemente no sea ni yo.

Yo quiero vivir por todos los que no se lo permitieron, por todos los que no entienden, por ti, por mí y por escribir de aquella manera que decían, y como el álbum de don Joan Manuel, “tal com raja”. Y porque ya tengo un texto más, el texto con más sinsentido de todos, el más sincero, el más real y por el que más vivo.

J.

viernes, 7 de octubre de 2011

¿QUIÉN SOY?


-Hoy no voy a hablar de mí, sino de cualquiera de vosotros. De todos y cada uno de los que en algún momento habéis deseado cambiaros por otra persona. Vamos a hacer terapia de grupo, individual o de pareja, como queráis, y encima no os voy a cobrar un duro. Céntimo quería decir, que no soy tan mayor.

Vamos a hablar de vosotros motivado por mi incansable afán de apreciar lo que es, por qué es y no por quién lo ha escrito. De nada por el piropo.

Concentraos y relajaos que empezamos.

Si me permitís, os voy, te voy, a tutear como si nos conociésemos de toda la vida, después ya me invitarás a algo.

Intenta encontrar tu primer recuerdo, el primero que tengas en la cabeza de lo que llevas de vida e intenta ver todo lo que tenías a tu alrededor. Tus padres, tus tíos, algún hermano, tu familia en general. Y poco a poco intenta avanzar en tu tiempo. Cómo ha ido creciendo tu círculo, con esos que no se sortean, que eliges, pero que quieres igual. Y aquellos que nunca has querido elegir. 

Piensa en cuántas veces parecía que no ibas a lograr nada, aprobar un examen, decirle algo a aquella chica o a aquél chico. Y sin embargo o bien lo lograste y no aprendiste nada o caíste y aprendiste a levantarte siendo aún más fuerte y sabiendo apreciar lo que un día, finalmente, conseguiste.

Todo aquello que no te valía la pena y que al final acabaste dándote cuenta que algo de interesante tenía. O que al menos lo ibas a necesitar.
Todas las pérdidas tan insuperables que has conseguido superar, que no olvidarlas. Todos los que no te quisieron, todos los que no quisiste querer. Aquellos que intentaste, aquellos “no eres tú, soy yo”. Aquél calentón que acabó siendo un quemazo de los buenos. Aquellos “paso” aquellos “yo qué va”, aquél “te quiero” tan inocente como tú.
Aquel problemón que te traía de cabeza, aquel día que parecía que no sabías más que llorar. Y al poco ya sonreías.

Fíjate en todas las personas que conforman tu día a día y los que lo conformaron algún día. Esos que nunca supiste por qué, pero pasaron a segundo plano. Toda la gente que quieres y la gente que odias. Los que están, los que estuvieron, los que ni de pasada. Todos ellos forman parte ti.

Recuerda dónde estás, todo lo que tanto esfuerzo te ha costado tener y todo lo que tanto te ha costado dejar de necesitar. Es parte de tu ser.

Siéntete orgulloso u orgullosa por lo que eres, pero también por lo que tienes y por lo que nunca quisiste ser ni tener. Eres tú, no pierdas jamás tu identidad porque aparte de ti mismo, nadie te la puede quitar. Y esa identidad, que es la tuya, nadie la tiene porque nadie se ha hecho tan a tu gusto como tú mismo. Y ahora retén todos estos recuerdos y sin dejarlos de lado ni un instante, vuelve a pensar en aquella persona por la que un día te quisiste cambiar.

De  nada.
-¿Cuánto es?
- Un subidón de autoestima y una sonrisa.

J.