viernes, 26 de abril de 2013

PERDIENDO LOS NERVIOS


Para la mayoría de los mortales “perder los nervios” es sinónimo de perder la calma, es decir, ponerse demasiado nervioso. Otra minoría, a mi modesta manera de ver, relaciona esta expresión con alcanzar la relajación. Pero yo quisiera introducir una pequeña variación que he notado en mi misma persona y que me preocupa, estoy perdiendo los nervios de otra manera. Los nervios son la expresión del miedo, de la duda, del temor delante de una situación de incertidumbre. Si tienes miedo es porque algo puede salir mal y en consecuencia tienes nervios, pero la mayoría de veces las cosas también pueden salir bien. La falta del sentimiento de esos nervios implica el sentirse un poco menos, el arriesgar cada vez peor, tener apuestas cada vez más bajas. La falta de nervios es quedarte en casa por si llueve cuando puede estar haciendo un sol radiante.

lunes, 15 de abril de 2013

A TODA PRISA

Párate un momento, aunque solo sea un instante y leéme.
No quiero hacerte daño, no te vayas, quédate.
Qué mejor motivo que el que me salgan las rimas sin querer.

Ahora que solo estamos tú y yo, me voy a permitir darte un consejo y luego ya no me creas si no quieres: vas deprisa.
Ten un poco de tranquilidad, de pausa, disfruta de verdad el momento y deja de decir carpe diem sin saber qué significa. Me explico, te veo y estás intranquilo, todo lo haces deprisa y corriendo. Parece que vayas a perder el autobús las veinticuatro horas del día. Sí, hasta en la cama, pobre de ti.

Deja de hacer versiones remix de tu vida, que a veces toca balada.
No corras. Sé distinto. Todos ahí fuera son demasiado estrambóticos, tienen prisa siempre, no se paran a mirarse a los ojos y tampoco a leerme, aunque esto último se entiende.

Se juntan muy rápido, se separan aún más deprisa. Pretenden amar en seguida, se odian en un abrir y cerrar de ojos. De vez en cuando escucha a ese que late pero no lo obligues a ir demasiado rápido a él también. Y si conoces a alguien, dame una alegría y que un me interesas no se disfrace de te quiero, que nunca creas conocer a nadie en dos achuchones. No se lo dejes tan fácil. Véndete caro y quien no quiera comprar, que no lo haga. Que de comidas rápidas estamos repletos.
Y sobre todo, intenta disfrutar de cada paso por algo más que por mero hecho de darlo.

No seas fugaz porque te verás olvidando antes de amar, descolocado, con un montón de proyectos destrozados por toda tu impaciencia correspondida de miedo ajeno. Nadie quiere atarse al árbol sin ver el bosque. Y menos a toda prisa.


J.

miércoles, 3 de abril de 2013

MÉRITO AMISTOSO


Una de las maneras de ver quién eres dicen que es ver con quién vas. Los que ya empezamos a tener recuerdos podemos saber quiénes somos viendo quiénes tenemos por nuestra propia cuenta, a título propio, porque nos lo hemos currao. Quiero decir, naces en una familia y tener una hasta cierto punto es por cuenta de terceros. Párate un momento y mira a cuántos puedes llamar para hacer nada. Cuántas personas tienes y cómo son. Donde están los que tuviste, y sobre todo cuántos te quedan de hace más de un ratito. Muchos tienen solamente a una persona, o al menos a menos de las que quisieran o querían justamente por esa, por esa pero por su propia culpa. Las gentes se disipan, pasan por tu puerta y rápido desaparecen. No es fácil mantener unos cuantos, se crece en modo destrucción con el único fin de autodestruirse con alguien, a veces mutuamente. Párate un rato y vente conmigo, ya te he advertido de que no vamos a hacer nada. Será divertido.


J.