Aun a riesgo de que tengan razón esos que dicen que para que los demás te
quieran te tienes que querer tú, hoy tengo que decir que me estoy molando.
Quizá más de lo recomendado por cualquier entendido, pero vengo a decir que
estoy más orgulloso que nunca de ser yo mismo, y de molarme. Será que hoy mi ego
se ha ido de copas con mi seguridad en mí mismo después de acabar entre ambos
con la prudencia y la insatisfacción.
Hoy le daré mi compasión a todos mis síes con la más grande de mis sonrisas
y le pediré perdón a todos mis noes. Porque hoy quiero decir lo mucho que valgo
sin demostrarlo, hoy me apetece hacer demagogia barata, esa que llevaba tanto
tiempo escondiendo, esa que tú utilizaste como la más poderosa de tus razones.
Hoy he acabado de darme cuenta que no hace falta ser el mejor en nada,
simplemente hay que molarse en todas y cada una de tus facetas. Son las únicas
que si no te gustan, tienes otras como diría Groucho Marx.
Hoy me molo porque casi siempre quiero estar conmigo mismo y si se diera
la excepcionalidad de que no, no tengo
excusa que inventarme. Porque es cuestión de feeling y porque soy la persona
con la que, a día de hoy, más a gusto estoy y he estado.
Hoy me molo porque he asimilado que es necesario, porque soy la
mejor versión de mí mismo, porque a veces me entiendo, porque me tengo a mano.
Hoy me molo porque soy inseparable de mí mismo, porque a mi juicio hago lo
correcto, porque fallo menos que tú.
Hoy me molo porque me voy a medir según mi autoestima y no según la estima
de los demás. Hoy me molo porque valgo tanto como el que más, porque estoy
dispuesto, si no se quiere reflexionar mi verbo, a querer como el que menos.
J.
J.