martes, 30 de agosto de 2011

¿TE QUIERO PARALELA?

Rebuscando en mi cabeza entre los recuerdos de lo que fue y la falta de planes de lo que será he encontrado mi teoría de las trayectorias sociales, TTS que le llamo por una razón tan cómica como simple, que intenta explicar que las relaciones entre personas que se atraen son rectas o, como mínimo, están compuestas de ellas.

Como todos sabéis, las rectas pueden ser coincidentes, paralelas o secantes. Dos rectas son coincidentes si se encuentran una encima de la otra, dos rectas son paralelas si tienen misma dirección y por tanto no se van a cruzar jamás y dos rectas son secantes si se cruzan en un punto.

Partiendo de esta base puramente matemática de memoria, y por tanto tan fiable como las fuentes de Telecinco, paso a describir la susodicha teoría:

Cada recta, o conjunto de ellas, es una persona y un cruce entre ellas supone un afer amoroso.
Por lo tanto, dos rectas coincidentes serían una pareja estable, y dos rectas paralelas, dos amigos que jamás llegarán a serlo.

A los primeros les desearía suerte pues demasiada coincidencia puede hacerles sentir una única recta, algo tan bonito como peligroso, pues ser una única recta entre dos, toca a media recta por cabeza y a perderse media, la parte de los amigos, por el camino.

A los segundos les pediría precaución, que si de verdad se quieren paralelos, que mantengan una cierta distancia de seguridad porque están expuestos a tender a la coincidencia o a cruzarse y, cagarla. Pues el paralelismo describe la relación más duradera con toda probabilidad, la única fidelidad posible, aunque también te digo que si separa su recta y te pone, oye, antes de separarse, que se sequen.
¿Ah que no quiere? ¡Ahora entiendo tu paralelismo!

Y aquí la razón y la triste base de esta teoría: las rectas secantes. Aquellas, tan abundantes, relaciones que parten separadas, se cruzan en algún punto y que tienden estrepitosamente a separarse hasta el infinito. 

Sería genial que fuéramos capaces de rectificar nuestras rectas, y aun manteniendo las distancias, modificarnos a un paralelismo transparente. Porque antes de un paralelismo hipócrita, prefiero que me dejes claras tus intenciones y no solo me hago secante, sino perpendicular, que tú a mí no me conoces.


J.

2 comentarios:

  1. Puestos a seguir este símil entre funciones matemáticas y el amor, te voy a aplaudir una cosa, y te voy a hacer un matiz.

    Lo primero, que me ha encantado lo de las rectas secantes. Bravo.

    El matiz, está en que pretender restringir este símil de amor con las funciones únicamente lineales lo considero insuficiente. Tú has estado en una relación de pareja. Deberías saber que desde que se empieza a amar, ya sea de forma coincidente, paralela, secante, o mojada, tu vida se convierte en una Función Coseno.

    Llena de altibajos.

    Un abrazo, J.

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  2. Bueno, te explico:

    La idea es de dos rectas, no una función en sí, ya que habría que establecer dos en unos mismos ejes, y ya me dirás tú quién lo entiende.
    Además toma importancia, entre dos rectas en un plano cualquiera, la distancia entre ellas.
    Por ello me baso en dos rectas o conjunto de ellas, lo que podría asimilarse a un modelo de función no lineal, pero que no llega a serlo.

    Si en una segunda entrega me atrevo a representar una relación mediante una función, creo que te pediré ayuda.

    Nos leemos. Y a lo mejor hasta nos vemos. Otro pa ti.

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