Hay
momentos en la vida en los que es casi mejor intentar olvidarlo, callártelo y
parecer que de tus trizas puedes hacer un corazón. Pero lo mires como lo mires,
en algún momento vas a tener que soltarlo y a veces, solo a veces, va bien
gritarlo flojito ante esta estúpida pantalla después de, si conviene, escribir
cuatro líneas en un papel.
Algunos
lo llaman amor, otros relación y otros simplemente, los más peligrosos,
"rollo", término tan inoportuno como pasajero en su contenido.
Tengo
una teoría, y te la voy a contar: si quieres estar con una persona demuéstrale
que eres lo mejor que puede tener y que tú podrías tener a alguien mejor, algo
así como que en la escala del atractivo tú estás por encima de ella. Y ahora
vamos a suponer que te gusta alguien y que ese alguien dice sentir lo mismo,
que lo has lograo.
Pensemos
en lo bueno y en lo malo. Sin lugar a dudas vas a tener momentos inolvidables
que recordarás toda tu vida, durante ese mes, año, década o en el ratito que
dura la noche. Y ojalá te dé tiempo de contárselo a los colegas. Tu autoestima
va a aumentar considerablemente, te vas a sentir alegre y vas a tener cariño a
raudales, eso sí en un préstamo que vas a empezar a pagar cuando todo este
cuento se acabe, ¿aún te crees que hay algo gratis en esta vida? Lo más
importante, te vas a sentir querido, te engañen o no.
No
obstante se me ocurre alguna cosa negativa durante este periodo. Vete olvidando
de estar siempre con tus amigos, aunque debes saber compaginarlo, recuerda que
tienes que avivar la llama que está creciendo con esa persona, pero que los que
te van a curar las quemaduras van a ser ellos. Ya te adelanto que vas a tener
alguna que otra presentación embarazosa, si no te han pillao ya, claro.
En
algún momento, como con todo, habrá un final. Aquí ya se me ocurre algún
detallito más, negativo, claro. Para empezar en el amor se quiere mucho pero
durante muy poco tiempo y
entonces, en general, todo contacto se pierde; todo se esfuma como si te
arrancaran un trozo de tu vida, de tu día a día, de tu propia identidad, y
sientes ese gran vacío de hoy para mañana, aunque se suele ver venir desde
ayer. Ahí es cuando aparece el dolor por el olvido, las noches sin dormir y el
llorar hasta cuando crees que ya no podías más, si los machotes también. Te
desanimas, te hundes y te inundas de tristeza. Todo te va a recordar a esa
persona y no pararás de leer vuestras frases, de escuchar vuestras canciones
que decían lo mucho que os queríais y de sentir su olor tan añorado como
ficticio por doquier. “Lo que iba a ser, la mierda que ha sido.” Tendrás ese
maldito miedo a encontrártela en cualquier sitio y al mismo tiempo te
horrorizará la idea de no volver a verla. Sentirás odio o culpa, o ambas cosas,
y te dará por escribir aquello de "y cada vez más tú y cada vez más yo sin
rastro de nosotros" y, en definitiva, echarás de menos todo lo bueno que
tenía esta historia.
Y ahora
sigue intentándolo, sigue dándote de bruces y, en resumen, sigue creciendo con
lo vivido, que eso nadie te lo va a poder quitar. Que ya vendrá alguien con
quien darse el gusto de disfrutarlo.