Yo quiero vivir por esos
momentos en los que me da por escribir sin estar en condiciones, por esos
momentos en que se me doblan las palabras, y no te hablo ya de las formas. Yo
quiero vivir por esos momentos en que algo surge de dentro, en los que dices:
ya sé por qué lo hago pero mañana no me acordaré.
Yo quiero vivir por esos
instantes, por esas miradas, que dicen más que cualquier relato, por largo que
sea. Por esos momentos que ahora vivo, por ese Serrat de fondo, y por ese
sentimiento de estar tan incompleto como feliz, de tanto tú podrías y de tanto
tú pudiste pero no supiste como ella podría, quizás. De querer querer sin
ganas, de no quererse comprometer como el que más.
Yo quiero vivir por esas
sonrisas, por esos momentos en que todo me da igual y en los que suene lo que
suene, no quiero que se acabe por miedo a que tú te difumines entre sombras. Yo
quiero vivir por todas las vistas borrosas, por todos los besos descafeinados,
por todas tus miradas desviadas hacia él.
Yo quiero vivir por
todos esos momentos de humildad, de mirarte, de decir que valgo menos que
cualquiera, pero más sincero que quién tú quieras. Por todos los noes que nunca
recibí, por todos los síes que perdí por cobardía. Por todas las ganas de
expresar lo que no puedo decir. Por todo lo que borrará mi yo sensato y por
todo lo que no entenderá mi yo cobarde, mi yo, en definitiva, tan insensible
que posiblemente no sea ni yo.
Yo quiero vivir por
todos los que no se lo permitieron, por todos los que no entienden, por ti, por
mí y por escribir de aquella manera que decían, y como el álbum de don Joan Manuel,
“tal com raja”. Y porque ya tengo un texto más, el texto con más sinsentido de
todos, el más sincero, el más real y por el que más vivo.
J.
Una buena manera de vivir algunos ratos de la vida es despotricar una palabra detrás de otra, eyacular un porrón de ideas sin que tengan sentido más de la mitad, contarte la vida por escrito y que la lea alguien más que tú. Sino que me digan todo eso a mí. Quien nos entienda, que nos avise. Y que nos compre quien no nos entienda, porque sino venderemos menos que las inmobiliarias de hoy en día.
ResponderEliminarUn abrazo, escrito, como todos los que te doy.